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LOS “CHANCHEROS”: UNA RED ILEGAL QUE OPERA BAJO EL DISCURSO VICTIMISTA

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El reciente operativo de Gendarmería Nacional en el Paraje Arbolito, cercano a la Ruta Nacional N° 50 en Orán, dejó en evidencia, una vez más, la estructura ilegal de los denominados «chancheros», quienes no solo se dedican al contrabando de mercadería, sino que también están involucrados en el tráfico de drogas, cigarrillos y hojas de coca. A pesar de los reiterados decomisos y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, ciertos sectores políticos y organizaciones de izquierda insisten en presentarlos como «víctimas del sistema», cuando en realidad operan fuera de la ley con métodos violentos y estructuras organizadas.

DEL CONTRABANDO AL NARCOTRÁFICO: LA VERDADERA CARA DE LOS CHANCHEROS

Lejos de ser simples comerciantes informales, los «chancheros» constituyen una red que se dedica al ingreso ilegal de distintos tipos de mercadería desde Bolivia, afectando la economía formal y representando un riesgo para la seguridad en la región. En el operativo reciente, los uniformados incautaron 32 kilos 694 gramos de cocaína, 42 kilos 821 gramos de marihuana, 19.500 paquetes de cigarrillos y 1.166 kilos de hojas de coca, lo que demuestra que estas actividades van mucho más allá del simple «rebusque» o la «supervivencia».

Cuando los efectivos del Escuadrón 20 de Orán detectaron a los contrabandistas transportando los bultos sobre sus espaldas, estos reaccionaron con violencia, arrojando piedras a los agentes y huyendo al monte. Esta modalidad de ataque es recurrente y responde a una estructura criminal que busca desestabilizar los operativos de control fronterizo.

VIOLENCIA Y COMPLICIDAD: CÓMO SE PROTEGE A LOS CHANCHEROS

Mientras las fuerzas de seguridad trabajan para frenar estas actividades ilícitas, diversos grupos de izquierda y sectores militantes intentan instalar un relato en el que los chancheros aparecen como víctimas de una persecución injusta. La realidad es que, detrás de esta imagen de precariedad que intentan vender, se esconde una red organizada que opera con logística propia, puntos de acopio y conexiones con el narcotráfico.

Los reiterados operativos en la frontera demuestran que no se trata de ciudadanos que buscan sobrevivir, sino de grupos organizados que han convertido el contrabando y el narcotráfico en un negocio millonario. La complicidad de ciertos sectores políticos solo contribuye a generar un clima de impunidad, obstaculizando el accionar de la Justicia y las fuerzas de seguridad.

UNA POLÍTICA FIRME PARA RECUPERAR EL CONTROL FRONTERIZO

El Gobierno de Salta, en conjunto con el Ministerio de Seguridad de la Nación, continúa avanzando en medidas concretas para frenar el avance de estos grupos ilegales. El Plan Güemes ha permitido reforzar los controles y articular estrategias para evitar que los pasos fronterizos se conviertan en zonas liberadas para el delito.

Es fundamental que la sociedad entienda que la lucha contra los «chancheros» no es una cuestión de criminalización de la pobreza, sino una política de seguridad para frenar el avance del crimen organizado en la frontera. Mientras algunos intentan convertirlos en mártires, los hechos demuestran que su accionar perjudica a toda la comunidad, promoviendo la violencia y la ilegalidad.

El último decomiso es una prueba más de que las fuerzas de seguridad trabajan con firmeza para frenar el avance del contrabando y el narcotráfico. El desafío es claro: romper con el discurso de la impunidad y garantizar que la ley se cumpla en cada rincón de la provincia.


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