¿Votar a Milei? (VIDEO): Propuestas retro, violencia, los vicios de la vieja política y el contacto con su perro muerto

La sociedad argentina intenta dar a su vida un giro de 180°, pero ese cambio no reviste la búsqueda de una mejor gestión sino más bien el recorte de los derechos adquiridos a lo largo de la vida democrática: como el avance sobre las conquistas laborales, basado sólo en una economía de mercado que dejará sin protección alguna a los trabajadores, planes de ayuda y contención como el PROGRESAR volcados directamente a los estudiantes, declarar la quiebra del sistema previsional, con una supuesta revisión de las jubilaciones y la posible pérdida del beneficio a quienes en su etapa laboral no pudieron realizar o completar los 30 años de aporte que se exige.

Sin embargo, la sociedad alicienta al que proclama dejarlos más pobres, barriendo todo tipo de subsidio y con falsas propuestas de dolarización, sobre la que Milei ya retrocedió, pero que de todas maneras no puede sostenerse en la falsa paridad menemista del 1 a 1 que dejó pueblos arrasados, nuestras empresas entregadas a capitales extranjeros y la más elevada década de corrupción y frivolización de la política.

Milei al igual que Menem, en quien se ve reflejado y de quien «heredó» las patillas, es sin duda el personaje más «cholulo» de la elección que se disputará en el camino a la presidencia. A diferencia de Carlos, es un «maltratador» de cualquiera que se oponga a sus ideas, especialmente de las mujeres, a quienes no se priva de denigrar ni siquiera en público como ocurrió en 2018 en Metán en una conferencia organizada por el mismo Alfredo Olmedo, candidato al Parlasur y a quien pese a proclamarlo nunca se lo ha visto levantar una pala. Olmedo ensimismo, reviste todos los vicios de la política tradicional, siendo beneficiado directamente a través del comodato de Salta Forestal, y auspiciante directo de la campaña que moviliza muñecos, sorteos de dólares, camionetas lujosas con los ploteos correspondientes, con la misma plata de esa concesión, y por ende de los salteños que lo votaron.

Además se conoce que para ingresar a las listas del libertario, al que un juez de Metán mandó a una revisión psicológica después de tratar de «burra» ante todo un auditorio a una periodista y adonde fue declarado persona no grata, había que hacer un pago mensual. Hasta ahí nada diferente a la lamentable tradición que sostuvieron muchos partidos políticos, la famosa casta a la que él que se dirige.

 

También en los últimos días se conoció que el reconocido orfebre Pallarols, tradicionalmente elegido para realizar el bastón presidencial fue atacado por Millei, quien lo llamó «tremendo mentiroso», por deslizar que gente de su espacio político había pedido que dicho bastón se haga con una «melenita de león», en caso de ser electo presidente. El mismo Pallarols también habría revelado que ante un pedido suyo para cenar con el libertario debía pagar una suma de 2000 dólares, según le expresó su hermana.

Se sabe además de la misoginia que sin tapujos despliega el candidato a la presidencia por la Libertad Avanza, retwiteando contenido absolutamente agresivo y lacerante sobre una mujer como el que hablaba de Sol Pérez afirmando que tenía «rotura anal», o directamente publicando en sus redes la imagen de su contrincante directa Patricia Bulrich, con una botella de vino. Hay hasta quienes por los grados de violencia y los niveles de intolerancia han puesto en duda su salud mental.

Milei también es un negacionista del cambio climático y de la contaminación de ríos entre otras cosas, diciendo por ejemplo que el agua es un recurso que sobra, y preocupantemente desconociendo que el 2022 fue el año de mayor sequía de las últimas décadas.

Ni hablar de su interés en acabar con todo lo público, como la salud, la educación la ciencia y la cultura o incluso la pavimentación, el tendido de redes de luz, gas y agua que no podrían llevarse adelante sin la efectiva participación del Estado, y sin la cual la Argentina seguiría viviendo como en los inicios de la conformación del estado nacional, o incluso peor.

Otro dato no menor, que puede hacer repensar el voto, es que Javier Milei parece haber contratado una medium para comunicarse con su perro muerto, lo que sumado a la frágil gestión de sus emociones por su aparente estado de irritabilidad permanente y los antecedentes judiciales ya descritos, nos deja más interrogantes que certezas.

Sin embargo, la bronca, el descontento, la falta de criterio y de información va a afectar de modo directo a los sectores más desfavorecidos de la economía, en donde se concentra el voto libertario: hombres jóvenes pobres, en el falso dilema de abolir la casta, un espacio de segregación al cual el mismo Milei dice indirectamente pertenecer siendo «rubio» y de «ojos azules», y conformando su partido como el ya mencionado Olmedo o su candidata a vicepresidenta de 48 años de edad, hija de un militar que formó parte del mal denominado Proceso de Reorganización Nacional y con una ocupación registrada a través de su desempeño en la Cámara de Diputados, sin más actividad laboral que esa y una inscripcón en AFIP adonde mantiene una deuda de más de 300 mil pesos.

Destruir y votar a Milei parece la clave de este modelo de bronca que intenta traer recetas viejas y fracasadas de otros países como Ecuador, Chile o la misma Argentina de los 90, eliminando sus políticas sociales e impidiendo al menos un fragmento de esperanza en la movilidad social brindada entre otras cosas por la educación pública y los planes de contención para que niños y niñas al menos puedan tener en sus primeros años de vida un refuerzo en su alimentación.