Mario Cerrutti, el médico clínico que disparó contra el sistema de Salud, en el que él se desempeña desde hace años, buscó sin éxito ganar la intendencia de Tartagal en 2019, que finalmente quedó en manos del radical Mimessi. Si bien llegó a alzarse con la interna, sus aspiraciones se vieron frustradas con la caída estrepitosa del ex vicegobernador Miguel Isa, frente a su oponente, Sergio Leavy. Cerrutti coqueteó con todos los espacios cercanos al peronismo, abrazándose y sacándose fotos con unos y otros, hasta lograr como todo buen saltimbanqui encontrar un espacio para intentar hacer realidad sus propias aspiraciones.
Puede hasta resultar extraño entonces, que el hombre que hace unos meses se abrazaba al ex gobernador Juan Manuel Urtubey, aún en funciones, y que decía apoyar su candidatura a la presidencia, haya desconocido por esos días que el sistema de Salud de la Provincia agonizaba por la falta de inversiones en infraestructura, insumos y personal.
Sin embargo, su interés por el poder lo mantuvo en silencio, hasta encontrar un espacio en el isismo y después tener que sumarse a las filas de Sergio Leavy, todo esto en el plazo de unos pocos meses, en los que Consenso Federal se establecía como una 3ra fuerza sin mucho arrastre, y el Frente de Todos se encontraba listo para dar pelea nacional, y hacer un papel menos sólido a nivel provincial.
El hombre que se supo apoyar en un vicegobernador que iba de salida, y un gobernador que terminaba su 12vo año de gestión, es el mismo que hoy desde su internación por coronavirus habló sin tener memoria, después de años de complicidad y silencio.