Julio César Grassi, el cura que fue condenado a 15 años de prisión por abuso sexual y corrupción de menores al llevar adelante la Fundación Felices niños, también espera que la Justicia lo beneficie con la prisión domiciliaria. El sacerdote no podría aspirar a esta morigeración, ya que con sólo 63 años y por el tipo de delito por el cual fue condenado no ingresaría en los grupos de riesgo.
Para el Dr. Juan Pablo Gallego que llevó adelante las causas en contra el religioso, la probable salida de la cárcel implicaría un gran riesgo social, puesto que Grassi siempre dió muestras de transgredir las normas.
El pedido del cura se hizo ante el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de Morón y el condenado adujo entre sus razones, padecer un problema respiratorio ante la pandemia de Covid-19. En el Penal de Campana en el que se encuentra detenido Grassi, un oficial penitenciario contrajo la enfermedad.
Entre las irregularidades que rodearon en todo momento al caso, el representante de las víctimas consideró que el pedido “es un disparate que debe corregirse de inmediato porque Grassi no está controlado a la fecha por los juzgados de Ejecución de Morón, a pesar de tener la condena firme”.
Grassi había sido condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de Morón por abuso sexual contra uno de los niños que estaba bajo su guarda en la mencionada Fundación, y fue sobreseído en otros dos casos.
Cuando la Corte Suprema confirmó la sentencia del cura, éste recién ingresó a la cárcel en el año 2013.
