Juan Carlos García, el primero en atreverse a hablar sobre los abusos sufridos en la Iglesia Santa Rita de Rosario de Lerma cuestionó fuertemente las declaraciones del vicario Judicial del Tribunal Eclesiástico, Loyola Pinto, señalando que de este modo la Iglesia “defiende a un violador de niños, mostrando así la tolerancia ante estos gravísimos casos y preparando el terreno en la opinión publica para una nueva impunidad”.
García, no dudó una vez más en hacer conocer su pensamiento sobre las declaraciones de Loyola que con total desparpajo se atrevió a decir: “La situación del padre Lamas es dolorosa para él – en primer lugar – porque ha recibido una pena muy fuerte, la más grave, la pérdida del estado clerical”. Ante tales afirmaciones, el denunciante recalcó que las únicas víctimas en este caso son Carla, él y aquellos otros que aún callan los abusos perpetrados por Emilio Lamas.
“Loyola no se refiere a las consecuencias que las víctimas de abuso sufrimos después de estos hechos: depresión, intentos de suicidio e innumerables consecuencias psicológicas negativas para quienes sobrevivimos a estas tragedias”, remarcó.
El denunciante, volvió a mencionar su pedido de ayuda a la jerarquía eclesiástica una vez sufrido el abuso sexual con acceso carnal, sin obtener respuesta positiva en su adolescencia, que ahora en su vida adulta tomó estado público, después de esperar nuevamente una resolución de la Iglesia que tardó al menos dos años, y que se precipitó con el dictado de una sentencia después del escándalo mediático que sobrevino en Salta la semana pasada.